Seguro que más de uno de nosotros ha salido de acompañar a la consulta a algún padre, abuelo, tío o cualquier familiar y lo ha hecho con la sensación de no tener muy claro cuál es la solución que se le ha planteado para la enfermedad o dolencia en cuestión… Frases como “tiene 80 años, qué queremos…”; “con la edad que tiene es normal esto o lo otro…” o “es que la artrosis no se cura…” seguro que a más de uno le suenan. Y sí, probablemente sea normal esto o lo otro y la artrosis no tenga cura… y aunque la información que se nos da normalmente sea correcta, puede que a veces se nos quede insuficiente.
Efectivamente hay multitud de factores sobre los que no podremos tener una actuación directa o no conseguiremos revertir los problemas que causa, pero os aseguramos que eso ¡NO es excusa! Siempre se puede hacer algo, en mayor o menor medida que ayude a nuestros mayores a tener una mejor calidad de vida e independencia… a continuación os damos algunas claves para entender las terapias que pueden ayudarnos.
Hay que tener en cuenta que las personas mayores habitualmente conviven con una pluripatología. Esto es, tres o más enfermedades que pueden influir la una en la otra. En muchas ocasiones son enfermedades relacionadas con problemas cardiovasculares (hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca,…), dificultades a nivel respiratorio (EPOC, insuficiencia respiratoria, infecciones respiratorias de repetición o bronquitis crónicas) o también enfermedades que implican alguna dificultad para moverse ya sea por impotencia funcional o por dolores al caminar, por ejemplo.
Teniendo en cuenta que en cada persona encontraremos situaciones diferentes que requerirán enfoques diferentes, os explicamos algunas generalidades que deberían ayudarnos:
MANTENERSE ACTIVO
Es fundamental para músculos, articulaciones y sistema cardio-respiratorio que nos mantengamos activos y en funcionamiento para que éstos entiendan cuál es su función. Si dejo de caminar, por ejemplo, mi cuerpo entenderá que no tiene por qué desarrollar la musculatura ni mantener una determinada densidad ósea para hacerlo, porque entiende que no lo necesita.
EJERCICIO AÉROBICO SUAVE
El ejercicio aérobico moderado hará que nuestro corazón y nuestros pulmones tengan que trabajar para mantener una buena oxigenación de los músculos y tejidos responsables del movimiento. Salir a caminar durante 30 min puede ser una buena opción, no importa que en ocasiones haya que hacerse un paroncito para descansar, siempre que sea breve y no acabemos jugando la partida con los amigos. Y, dentro de que haya que adecuar el ritmo del paseo a cada persona, en general debemos de quedarnos con la idea de que tiene que ser un ritmo de paseo más bien alegre y no de escaparate, para que nos entendamos…
TRABAJO DE LA FUERZA MUSCULAR
La resistencia aeróbica es importante, como también lo es desarrollar y mantener un buen tono muscular de base y potencia muscular. Así conseguiremos dar estabilidad a las articulaciones, lo que puede traducirse en mayor seguridad al moverse y menores dolores. También haremos que nuestro cuerpo mantenga esa capacidad para manejarse en el día a día, como por ejemplo cuando tengamos que cargar con las bolsas de la compra o cuando tengamos que subir las escaleras del portal. Ejercicios sencillos como sentarse y levantarse, trabajo con pesas de 1-2 kg para los brazos o ejercicios con goma elástica pueden ser buenos aliados.
MANTENIMIENTO DE LA ELASTICIDAD Y FLEXIBILIDAD
Para mantener la movilidad articular será fundamental que tendones, ligamentos, músculos y cápsulas tengan capacidad de estirarse y volver a su situación previa. Ejercicios sencillos con una pica para miembros superiores o bien ejercicios de pie para mover caderas, rodillas y tobillos pueden ser suficientes.
Aquí algunos ejemplos

TRABAJO DE COORDINACIÓN Y EQUILIBRIO
Básico para evitar caídas y ganar seguridad en la marcha. Podemos enseñar a realizar ejercicios simples como pasarse una pelota de una mano a la otra, tirarla y cogerla contra una pared (con una mano, alternando, con ambas manos,…) o tirarla al aire y volver a cogerla. Como trabajo de la marcha es útil caminar elevando las rodillas, caminar de lado o intentando caminar sobre una línea.
TRABAJO COGNITIVO
Sí, la terapia física debe de ir SIEMPRE unida a la terapia cognitiva. Si mantenemos la mente alerta, con capacidad de organizar y gestionar el día a día y con ganas de llevar las riendas de nuestra vida, eso facilitará que las personas mayores se muevan más. Saldrán a hacer la compra para hacer esa comida de los domingos cuando vengan los hijos a comer, irán a buscar al quiosco esa colección que les gusta a los nietos, saldrán al banco a consultar esas dudas en los movimientos de sus cartillas o simplemente se acercarán al centro de salud para pedir la cita para el especialista, sin olvidar por supuesto la iniciativa a hacer actividades socio-culturales que les puedan interesar.
Hemos de dejar que lo hagan, aunque queramos supervisar y revisar que lo hacen bien y que no se les queda nada en el tintero. Así, mantendrán su independencia, tendrán mayor seguridad en sí mismos y se encontrarán más sanos física, emocional e intelectualmente.
También podremos ayudarles animándoles a que lean el periódico y nos cuenten alguna noticia que les ha resultado llamativa, que escriban, que hagan pasatiempos como sudokus, crucigramas, etc…
ASPECTOS PSICO-SOCIALES
No hay que olvidar que debido al ajetreo que sufrimos en la sociedad actual con hijos, horarios de trabajo, etc… en ocasiones las personas mayores que viven solas o salen poco a la calle puedan tener cierto sentimiento de soledad o abandono. Probablemente nadie tenga la culpa de que vivamos a ritmo frenético en algunas etapas de nuestra vida, pero todo es cuestión de prioridades y siempre podemos intentar sacar algún ratito para ese familiar que aunque no lo diga en multitud de ocasiones, estará más que encantado y emocionado al pasar unos minutos o unas horas con sus hijos o nietos.
También les animaremos a que salgan a la calle, queden con sus amistades del barrio, bajen a jugar esa partidita de mus, se apunten a alguna actividad de ocio que les guste… Eso les hará mantener esa vida social que ayudará sin duda al mantenimiento activo de la persona. No olvidemos que en ocasiones, los centros de día, clubes sociales y similares son de mucha ayuda. De este modo evitaremos posibles sentimientos y actitudes depresivas.
Como veis, algunas de las recomendaciones y pautas mencionadas son para personas con cierta independencia y capacidad de movilidad pero incluso si las personas mayores de nuestra familia se encuentran en una situación de mayor dependencia o incapacidad, debemos intentar que no sea excusa y adaptar las indicaciones mencionadas a la capacidad física y funcional de cada uno. Debemos favorecer que mantengan toda la independencia posible, que salgan de casa todos los días y se relacionen, y llegado el caso valorar la posibilidad de hacer todo ese trabajo muscular, cognitivo y demás con ayuda del profesional sanitario adecuado como el fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, etc.
No olvidemos que siempre tendremos la opción de ayudar a estos objetivos con los tratamientos adecuados de fisioterapia, que ayudarán a paliar los dolores y a marcar una pauta y progresión de ejercicios adaptados que muchas veces sirven como punto de partida a una rutina controlada de ejercicios en el domicilio.
Pero lo más importante para mejorar la calidad de vida de nuestros seres queridos y la nuestra propia sin duda es… darnos ¡mucho, mucho amor!
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